Pues sí, sí que lo hay. Aunque la
primera impresión sea pensar que esto es una locura, que no hay nada positivo
en que seamos 6 millones de parados, que este es un país de pandereta, y, que
los políticos y los corruptos siguen en la faz de la tierra como si nada, puedo
afirmar que sí, sí hay un lado bueno en esta crisis.
Pero empecemos por el principio. A
todas nos ocurre, cuando empezamos con nuestra búsqueda activa de empleo, que
nos vemos encerradas entre 4 paredes, solas y con una cierta sensación de
angustia y/o miedo a lo desconocido, al qué pasará, al qué encontraré ahí fuera
en el mercado laboral, cuándo lo encontraré, cómo…
La primera reacción es ponerse a
buscar empresas con la lista del Ardan (si la consigues), imprimir miles de
currículos y estar todos los días en Infojobs viendo e inscribiéndose a toda
cuanta oferta hay, sea de lo tuyo o no, total, no cuesta nada hacer un clic de
ratón, así habrá más posibilidades de que algún día caiga algo (aunque yo creo
que más bien lo que ocurre es que los seleccionadores en cuanto ven tu
candidatura piensan “joer ya está otra vez esta pesada…”).
Y de repente llega un buen día, en
el que descubres todo un mundo que estaba escondido, un mundo en el que hay
personas de verdad, apoyo moral, tertulia, risas, aprendizaje, empatía,
libertad, solidaridad, respeto, alegría, (podría seguir hasta el infinito)… y, en
definitiva, compañer@s del camino de un pedazo de tu vida.
En mi caso, gran parte de esto, me
lo han dado los medios sociales, los
amigos y amigas virtuales. Al principio no me creía cómo podía hablar con gente
que no conocía ¡y me respondían! Luego, rompiendo fronteras, empecé a hablar y
a debatir con personas de otros países, profesionales de muchos y muy variados
sectores y edades, que escuchaban mis palabras en un ambiente de igualdad y
respeto. Pero ya fue lo más de lo más, cuando empecé a recibir felicitaciones y
ánimos, públicos y a través de mensajes privados, para seguir con el blog, con
el trabajo en las redes sociales, y transmitiéndome un optimismo brutal, con
frases como que algún día encontraría mi recompensa y que por supuesto sería un
buen trabajo.
Algunos de esos amigos y amigas se
han desvirtualizado, y otros, simplemente se han virtualizado tras nuestra
relación en persona, ya que hoy en día el contacto sigue a través de estos
canales de comunicación también.
En un día a día de estas características, es
imposible sentirse sola, y sólo me puedo sentir como cuando crece algo tan
verde en medio de tanto asfalto tan negro. ¡Gracias amig@s!
Catalina Pahino
Ingeniera Técnica Química
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